Después de todos los excesos de la temporada festiva, no es sorprendente que uno de los propósitos más comunes del Año Nuevo cada año sea perder peso. Si bajar unos cuantos kilos es lo más importante de su lista, o simplemente quiere estar un poco más saludable, aquí tiene algunos consejos para apoyarle este enero…
1. Desterrar la culpa
Ante todo, no te castigues si has tenido una Navidad y un Año Nuevo especialmente indulgentes. Recuerde que es lo que come regularmente lo que afecta a su bienestar a largo plazo, no esa porción extra de pudín de Navidad del 25 de diciembre.
Un breve período de indulgencia excesiva durante la temporada festiva no es un problema de salud, y debe disfrutarse y celebrarse sin arrepentimiento.
2. Piensa en el equilibrio y no en la privación
Después de un reventón festivo, puede ser muy fácil caer en la mentalidad de que hay que hacer una desintoxicación extrema o una dieta, pero casi siempre son ineficaces.
La dieta y la restricción calórica pueden tener un efecto retardante en el metabolismo. En otras palabras, pueden tener un impacto en su capacidad para perder peso a largo plazo. Además, cuando se restringen las calorías, los niveles de las hormonas del hambre aumentan considerablemente, lo que acelera el apetito y pone a prueba la fuerza de voluntad.
3. No te subas a la báscula
Después de unos días de comer en Navidad, es probable que peses un poco más. Esto normalmente no es porque hayas ganado grasa corporal, sino porque has retenido agua debido a la sal extra que has consumido en toda esa comida festiva.
Mantente alejado de la balanza, y en su lugar enfoca tu energía y atención en los pasos que estás dando para volver a encarrilar tu alimentación saludable. Beber mucha agua, comer mucha fruta y verdura fresca y mantenerse alejado de los alimentos procesados ayudará a reducir la hinchazón postfestiva. Pruébate los vaqueros una vez a la semana para saber cómo vas.
4. Limpia tu casa de las sobras de Navidad
¡Si no está ahí, no puedes comerlo! Pero si sabes que tienes una cocina llena de galletas, chocolate y pastel de Navidad, eventualmente sucumbirás – la investigación lo dice. *
Una vez terminada la fiesta, limpia tu nevera y tus armarios congelando las sobras y regalándolas (¡encontrarás fácilmente algunos recipientes agradecidos!)
Reponga bocadillos más saludables como nueces crudas, fruta fresca y verduras troceadas; alimentos que pueda tomar cuando tenga hambre o tenga un antojo post-navideño.
5. Planificar con antelación
La mayoría de nosotros estamos en modo de fijación de objetivos en enero, lo que hace que sea el momento perfecto para organizarse. Se cree que la hormona grelina, liberada por el estómago cuando tienes hambre, activa el sistema de recompensas del cerebro y nos atrae a la comida basura alta en calorías.
Llevando al trabajo el almuerzo y los refrigerios preparados en casa, se pueden tomar decisiones bien pensadas, en lugar de las que se alimentan del hambre. Pasa un par de horas en domingo preparando algo de comida para la semana, y estarás agradecido por ello una vez que empiece la locura de tu semana.
La sopa casera es algo que se puede cocinar y congelar muy fácilmente, y es una gran manera de aumentar la ingesta de verduras. Poner una porción de tu cena en Tupperware para el almuerzo del día siguiente es otra opción que ahorra tiempo.
6. Hacer objetivos específicos de ejercicio
La segunda semana de enero es casi siempre la más ocupada del año para los gimnasios – ¡llena de brillantes mallas nuevas y grandes intenciones! Sin embargo, las estadísticas muestran que la asistencia casi siempre vuelve a la normalidad a mediados de febrero.
Para aquellos de nosotros que no somos conejos de ejercicio naturales, simplemente «ir más al gimnasio» es un compromiso demasiado vago. La clave es hacer objetivos de ejercicio muy específicos, por ejemplo, dos clases de spinning a la semana, y una clase de yoga cada domingo. Planifica tu ejercicio con antelación y programa físicamente esto en tu agenda cada semana para asegurarte de que suceda.
La consistencia es crucial; dos sesiones a la semana a largo plazo serán mucho más efectivas para la pérdida de peso que una semana de cinco sesiones de ejercicio y luego nada en absoluto durante tres semanas. Haga un plan que sea realista para usted, y apéguese a él.
7. Camina más
El ejercicio no sólo quema calorías, sino que también aumenta la autoestima y te coloca en una posición mental positiva, lo que te anima a tomar decisiones más saludables en cuanto a la comida y el estilo de vida.
Además del ejercicio programado, el simple hecho de moverse más aumentando el número de pasos puede ayudar a lograr sus objetivos de pérdida de peso.
Familiarízate con la función de podómetro de tu smartphone y aprovecha cada oportunidad para caminar, fijándote objetivos de paso semanales. Por ejemplo, las reuniones telefónicas pueden realizarse mientras se camina por la oficina.
Las subidas de escaleras son fantásticas para construir y tonificar el músculo, y son una forma fácil de hacer un poco de ejercicio en la hora del almuerzo, o cuando estás en casa.
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